
Aprovechando un bacalao feo en salazón que tenía en la nevera desde hace tiempo, he preparado estas ricas albóndigas, sabrosas y apetitosas.
Las almendras ayudan a que la mezcla se junte y puedas formar bien las albóndigas. Y el toque de hinojo es inusual en unas albóndigas pero queda delicioso!

- 500 g bacalao desalado
- 1 Huevo
- 100 g almendra molida
- Aceite de oliva virgen extra
- Perejil al gusto
- 1 Diente de ajo
- 500 ml Caldo de pescado o fumet
- Sal y pimienta al gusto
- 1 hinojo
- 100 g guisantes congelados
- Ensalada verde o quinoa para servir
-
Para desalar el bacalao tienes que ponerlo en remojo al menos 48 horas, cambiando el agua de vez en cuando. Yo hago cambios de agua cada 24, 12 y 8 horas.
-
Para formar nuestras albóndigas, cortamos el pescado en tiras y éstas en cuadraditos, lo más pequeños que podamos, si no con un procesador de alimentos es más rápido. Los colocamos en un bol junto al perejil picado, la almendra molida y el huevo, trabajando hasta formar una masa.
-
Formamos unas bolas con la masa, y doramos en una sartén caliente con un poco de aceite. Las reservamos.
-
Preparamos una salsa cortando el hinojo en gajos, láminas y doramos en una sartén a fuego fuerte con un poco de aceite. Añadimos el diente de ajo y un poco de perejil y lo removemos durante dos minutos. Añadimos el caldo de pescado y bajamos el fuego, dejando que se cocine durante 10 minutos.
-
Metemos los guisantes congelados y las albóndigas en el caldo, teniendo en cuenta que el nivel inicial de caldo no debe superar la mitad de su altura y dejamos que se haga el conjunto, dando un suave hervor durante cinco minutos. Tras espolvorear con un poco más de perejil picado, y ya están listas!
-
Sirve con ensalada o quinoa