La semana pasada celebramos Acción de Gracias, una de mis fiestas favoritas, una fiesta cuyo fin es el de dar las gracias.
Y sí, sé que no deberíamos necesitar un día específico para dar las gracias, debería ser algo que practicásemos todos los días, porque ser agradecido nos trae muchos beneficios y ventajas,
- Te hace más feliz, pues hace que te enfoques en lo que tienes y no en lo que no tienes, traduciéndose en un estado de felicidad mayor.
- La persona que recibe el elogio también será más feliz.
- Fortalece relaciones, al dar las gracias a alguien, estás viendo el lado positivo de esas personas, estás reconociendo su mérito y su valor.
- Desarrollas una tendencia a estar más positivo
Y muchísimas más que se me quedan en el tintero.
Si nos centramos más en la celebración y tradiciones de Acción de Gracias, seguro que a todos en las películas o series os suena haber visto el típico pavo gigante. Pues bien, este año ha sido una celebración en petit comité, por lo que no ha habido pavo asado pero sí que un delicioso Coq au Vin hecho con mucho amor, a fuego lento, haciendo chup chup hasta que la carne del pollo se desprendía del hueso, todo una delicia.
Que no os intimide el nombre, coq au vin no es más que pollo al vino en francés, un plato clásico de la cocina francesa. Como os digo consiste en un guiso de pollo hecho en cazuela, yo lo he versionado un poco y lo he hecho algo más saludable, añadiendo un extra de verduras.
Siempre que podáis utilizad pollo de corral, así os aseguraréis de que han crecido de forma natural, y que han sido alimentados con maiz y grano ecológico (sin tóxicos), esto hará que la carne sea mucho más jugosa, tierna, por no hablar de que los nutrientes que os aportará serán de mucha mayor calidad.
La receta en sí es muy fácil, es sencilla, es sabrosa … y tan buena. ¿El secreto? Un poco de paciencia, mucho tiempo en el fuego y un montón de hierbas frescas.
¿Que cómo se prepara? Pues ahí va, salteas el pollo, caramelizas la cebolla y el ajo, añades el concentrado de tomate, resto de verduras, el vino, el caldo, lo tapas y te olvidas de el 😉
Normalmente no acostumbro a cocinar con vino, siempre tiendo a sustituirlo por caldo o incluso pasta de miso, per un día es un día y de verdad que el vino es el corazón de esta receta, proporciona sabor y ayuda a que el pollo quede tierno.
Sirve con un puré de patatas o mejor de coliflor y tendrás una cena deliciosa que gustará a todos. Y es que es ideal para cuando nos toca cocinar para una gran multitud de gente como suele pasar en estas fechas 😉
Si haces este coq au vin, me encantaría que me dejases un comentario más abajo. Y, por supuesto, si haces esta receta, ¡no olvides etiquetarme también en Instagram! ¡Una de mis cosas favoritas es mirar todas las fotos de los platos que habéis preparado!
Plato ideal para cuando tenemos una gran multitud de invitados en casa. Es sencillo, está rico y gustará a todos.
- 1 cebolla cortada en juliana
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharadas de concentrado de tomate
- 2 zanahorias peladas y cortadas en trozos de 5 cm
- 2 muslos de pollo de corral
- 200 gramos de champiñones rubios o blancos en cuartos
- 250 ml vinto tinto
- 250 ml de caldo de pollo
- 2 hojas de laurel
- 2 ramitas tomillo fresco
- 2 ramitas romero fresco
- sal y pimienta negra
- puré de patatas para servir
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Pon una sartén grande a fuego fuerte, cuando esté caliente, sella los muslos de pollo hasta que estén bien dorados. Retira del fuego y reserva.
En la misma sartén, baja el fuego, y añade la cebolla y el ajo en el aceite que haya soltado el pollo, si ves que no es suficiente, añade un poco más. Deja que la cebolla se caramelice lentamente, unos 10 minutos.
Añade el tomate concentrado, da un par de vueltas para que se mezcle bien. Añade los muslos de pollo, las zanahorias y los champiñones.
Vierte el fino tinto, el caldo de pollo, las hojas de laurel, el tomillo y el romero. Sazona. Tapa y cocina a temperatura baja durante 2 horas. Échale un vistazo cada media hora para ver que no se queda sin caldo y que el hervor no se detiene. Si fuese necesario añade más caldo de pollo caliente.
Una vez pasado el tiempo, destápalo y sube el fuego, deja hervir durante 15-20 minutos para reducir la salsa. Retirar las hojas de laurel y el tomillo y desechar.
Sirve el pollo y la salsa sobre puré de patatas.
Si quisierais una salsa un poco más espesita, podríais espesarla con un poquito de maizena. En un bol, añade una cucharadita de maizena y una cucharada del caldo del guiso, deshaz la maizena y luego añade al guiso. Da un par de vueltas y deja hervir hasta que espese. Si lo quisierais muy muy espeso, añade más maizena, aunque siempre tened en cuenta que cuando se enfríe un poco se espesará más.