Como cada segundo viernes de octubre, desde hace más de veinte años, hoy se celebrar el Día Mundial del Huevo. Y es que mucho tenemos que agradecerle al huevo.
Para mí el huevo es una bendición caída del cielo, es un básico, un must sin el cual no podría vivir. El huevo es ese ingrediente que siempre hay que tener en la nevera, que nunca te falla, es verdad que alguna vez te juega una mala pasada, pero te saca de muchos más apuros, de los que te mete.
Cuántas veces me habrán salvado los huevos en esas comidas rápidas porque tenía que salir pitando o cuando no me apetecía liarme mucho en la cocina, de esas cenas sin preparar, de esas visitas inesperadas… Y es que con un simple huevo y alguna cosilla más que haya por la nevera, puedes satisfacer a cualquiera preparando desde un huevo pasado por agua con unas tostadas (me encanta su nombre en inglés, eggs and soldiers), a platos de hasta de un cierto nivel gourmet.
Ya sean de gallina, de perdiz, de codorniz, de pato, de avestruz, blanco, moreno, con manchas, cocido, pochè, revuelto, estrellado, en tortilla, ya lo usemos para ligar otros ingredientes, para dar volumen, para espesar, para aportar sabor o proteína a nuestra dieta, no podemos negar que el huevo es un ingrediente estrella, primordial para la elaboración de millones de platos.
Lo que es importante tener en cuenta para que ese Shakshuka, esos huevos Florentine, esa tortilla de patatas o esa tarta de cumpleaños brillen con todo su esplendor es que los huevos sean de calidad, que vengan de gallinas felices, criadas en el suelo, en libertad, sin el estrés de estar enjauladas con cientos de gallinas, y que son alimentadas con pasto ecológico (sin transgénicos ni tóxicos).
Y es que poneros en su lugar, ¿cómo produciríais mejor, en un ambiente de trabajo relajado o en enjaulado en una lata con cientos de personas a tu alrededor? De ahí que se les llame también huevos felices.
¿Qué nos aporta el huevo?
Desde un punto de vista nutricional, el huevo podríamos decir que es un ingrediente estrella, es una fuente completa de proteínas y te provee de importantes minerales como la vitamina D y E o de colina, un nutriente esencial para el funcionamiento de tu cerebro y que es difícil de encontrar en otros alimentos. Ah! Y eso de comer solo tres huevos a la semana se ha quedado desfasado, existen estudios recientes que demuestran que el consumo de huevos no está ligado con el incremento del colesterol.
La clara está formada por agua (un 88%), proteína (10%) y el resto es grasa, carbohidratos y minerales. Mientras que la yema tiene un 50% agua y un 50% grasa con un mínimo de proteína.
¿Cómo comprar huevos?
A la hora de elegir el mejor huevo lo tenemos super fácil, todos los huevos están marcados con un código que nos indica la forma en la que las gallinas han sido criadas y alimentadas, así que basta con que nos aprendamos un par de códigos para saber cuales elegir en el supermercado.
0 = las gallinas viven en libertad y son alimentadas en base a piensos ecológicos
1 = las gallinas son camperas, viven en libertad y son alimentadas con pienso
2 = las gallinas son criadas en naves, colocadas horizontalmente
3= las gallinas son criadas en jaulas verticales
No os dejéis engañar por lo que pongan en la caja, los claims ni la publicidad, no os fiéis del «criado en granja», sólo el código numérico nos garantiza que esas gallinas han sido criadas con respeto.
Un dato curioso para aquellos que buscan huevos ecológicos de tamaño XL, es que no los encontrarán, no existen. Para que una gallina de huevos tan grandes, deben están sometidas a una serie de barbaries, días de ayuno y a oscuras, provocándoles tal estrés que hace que muden todas sus plumas y pongan huevos tan grandes como respuesta al peligro que están sufriendo. Horrible, ¿verdad?
Por eso debemos tomar conciencia y fijarnos bien de lo que compramos, sí quizás sean un poco más caros, pero nos aseguraremos de no consumir tóxicos y de apoyar un mundo más sostenible y amable con los animales.
¿Cómo saber si un huevo es fresco?
No podemos comparar un huevo fresco de uno que lleva en la nevera un par de semanas. Quien ha probado huevos recién puestos por la gallina sabe a lo que me refiero.
Un huevo feliz y fresco se caracteriza por tener una clara más compacta, esencial para la elaboración de unos buenos huevos pochè, y una yema más unida que consigue quedarse en el centro de la clara. El color también es diferente, la clara tiene un tono menos transparente y al cuajarse es más gordita, y la yema es más amarilla brillante tirando a anaranjada. Si hablamos del sabor, pues que os voy a decir, no hace falta ni salpimentarlo ni condimentarlo, el huevo eco y fresco tiene un sabor a eso a fresco y más intenso.
Por norma general los huevos tienen una fecha de caducidad de 21 días, por lo que podemos hacer cálculos para saber si es fresco o no. Aunque un truco sencillo y divertido de hacer con niños es comprobar si el huevo flota o no en agua salada. Si el huevo se hunde es que es fresquísimo, si en cambio flota es que es viejo.
Otra forma de saber si es fresco es cuando abrimos el huevo crudo por la mitad, una de las partes del huevo tiene una cámara (como una burbuja) situada en una de las esquinas, cuanto mayor es esta cámara más fresco es el huevo.
Huevo y la higiene alimentaria
A la hora de manipular un huevo es importante hacerlo con las manos bien limpias y sobre una superficie limpia.
Esto es algo que aprendí bien en mis días trabajando en el hospital, nos lavábamos las manos, forrábamos la mesa con film transparente y nos volvíamos a lavar las manos antes de manipular los huevos, para evitar así cualquier tipo de contaminación. Si teníamos que separar la clara de la yema lo hacíamos directamente con las manos, pues las cáscaras pueden contener virus, hongos o bacterias que se transmitirían al huevo (esto hacerlo si o si, si os lo vais a comer crudo). Es muy sencillo, con las manos bien limpias, tienes que cascar y abrir el huevo sobre tu palma de la mano, dejando caer la clara entre los dedos, sobre un bol que hayas preparado y luego pones la yema en otro recipiente diferente.
Es importante que consumamos la clara bien cocinada y cuajada ya que así desnaturalizamos las proteínas, permitiendo una mejor absorción de las vitaminas del grupo B. Mientras que la yema es mejor si la consumimos entera y cruda, evitando así la oxidación del colesterol que se produce si se bate o se cocina, por no decir que es mucho mas fácil digerir una yema cruda que cocinada.
De ahí que el huevo pasado por agua o huevo poché sean las formas más saludables de cocer un huevo y la peor el huevo cocido durante más de diez minutos o el huevo frito (este último debido a la cantidad de aceite).
Formas de preparar y cocinar los huevos
En cuanto a la forma de cocinarlo, ya hemos comentado que hay casi que miles, os dejo un resumen de las más utilizadas y saludables:
- Pasado por agua, huevos cocidos con su cáscara en agua hirviendo durante unos 3-4 minutos, la clara se cuajará y la yema quedará líquida.
- Cocidos, seguir el mismo procedimiento que el anterior pero dejad cocer unos 7 minutos en total, la clara estará cuajada y la yema estará hecha pero con un toque crudo en el centro. Se ve muy claramente la diferencia de cuando los cueces durante 10 minutos o más que la yema se pone dura dura cambiando totalmente su textura y color.
- Escalfados o poché, en un cazo con agua hirviendo sobre fuego muy lento, con un poquito de vinagre y sal, se añade con cuidado un huevo que habremos roto en un bol. El vinagre evitará que la clara se disperse y si queremos que envuelva mejor el huevo, podemos dar vueltas con una cuchara al agua mientras añadimos el huevo o bien con una espumadera ir envolviéndo la yema. Se deja cocer unos minutos hasta que la clara se haya cuajado pero la yema continúa cruda.
- Huevos cocotte, se elaboran dentro de un recipiente de cerámica, previamente untado con un poco de aceite y normalmente junto con otros ingredientes. Se hacen en el horno al baño María (metemos la cocotte en un recipiente con agua) durante 2-3 minutos.
- A la sartén o a la plancha, es como hacer un huevo frito, pero utilizando solo unas gotitas de aceite. Calienta una sartén, añade unas gotas de aceite y el huevo, deja hasta que se cuaje la clara y la yema esté cruda.
- Revueltos, se bate el huevo y luego es cuajado a baja temperatura en una sartén con un poco de aceite, removiendo ligeramente para que quede una textura cremosa.
- Tortilla, batimos el huevo en un bol y luego se hace en una sartén ligeramente caliente, podemos darle forma de media luna, volteando con una espátula la mitad cuando esté la base cuajada. o bien, podemos ir enrollándola dándole forma rectangular.
Mis utensilios favoritos para cocinar los huevos de forma perfecta
Esclafador de huevos
Para preparar huevos poché de forma fácil y sin liarla en la cocina. No necesita ni vinagre, ni aceites ni plásticos.
Sartén para tortillas
Sartén de acero especial para tortillas. Asegúrate que está bien caliente para evitar que se pegue.
Cuchara con agujeros
Cuchara con agujeros para escurrir bien los huevos.
Batidor
Batidor de acero inoxidable. Muy resistente y con mango muy cómodo
Espátula de silicona
Ideal para tus huevos revueltos y darle esa textura semi cuajada. Además son sin BPA
Hola, soy María! Como dietista y coach nutricional, mi objetivo es enseñarte como cuidar de ti misma usando las señales intuitivas que tu propio cuerpo te envía, para que te sientas empoderada, en equilibrio y tranquila y tengas una relación saludable con la comida.
Con mis programas y sesiones aprenderás tanto la ciencia de la nutrición como el arte de alimentarte de forma que te sientas nutrida y satisfecha en todos los sentidos. He trabajado con Huffington Post, Ets el que menges, Telva Cocina, Biocultura y muchos otros.
Mis recetas favoritas con huevo
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