1 de diciembre, yo personalmente es cuando inauguro la temporada de Navidad. Y es que aunque nos bombardeen con anuncios, luces, regalos y turrón desde principios de noviembre, yo me resisto hasta el primer día de diciembre para comenzar los preparativos y festividades.
Cuando se trata de diciembre, tengo una cosa en mente: cajitas de galletas deliciosas. Y es que me encanta preparar varios tipos de galletas, decorarlas, envolverlas en paquetes bonitos y regalarlas a gente que aprecio.
Ya, ya se que esto es muy americano, seguro que habéis visto miles de escenas en series y películas navideñas en las que hay un fervor generalizado por hornear, hay webs que hasta proponen 31 galletas diferentes, una por cada día del mes, ¡me encanta! Aunque hay que ser realistas y saber que ni se podrá hornear todos los días, ni nos vamos a comer tantas galletas, pero me parece una tradición y un gesto muy bonito, por no decir que cuando regalas a alguien una cajita de galletas caseras ¡que quedas de 10! Como podéis ver en la foto de mi queridísima Ale 😉
Es cierto que la mayoría de estas galletas y dulces que tradicionalmente se hornean están cargadas de azúcares y harinas refinadas y decoradas con glaseados de colores, pero siempre se les puede dar un pequeño twist a las recetas y hacerlas más nutritivas.
Así te traigo hoy las clásicas galletas italianas, biscotti, o carquinyoles aquí en Cataluña o unas galletas de avellanas y chocolate (pincha en las fotos para ver las recetas) o las típicas galletas de jengibre (tenéis la receta más abajo ;)). Todas hechas con ingredientes naturales, cacao 100%, mantequilla ecológica, mucha menos cantidad de azúcar y encima azúcar de verdad y harina de espelta integral con extra de fibra 😉

Clásicas galletas de jengibre pero más nutritivas y saludables.
- 165 gramos de harina de espelta integral
- ¾ cucharadita de maicena
- ¼ cucharadita de levadura en polvo
- 1 ½ cucharadita de jengibre molido
- ¼ cucharadita de canela molida
- ⅛ cucharadita de nuez moscada molida
- ⅛ cucharadita de clavo molido
- 30 gramos de mantequilla ecológica sin sal o aceite de coco, derretido y enfriado ligeramente
- 1 huevo grande de corral temperatura ambiente
- 1 ½ cucharadita de extracto de vainilla
- 60 ml de melaza
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Mezcle la harina, la maicena, la levadura, el jengibre, la canela, la nuez moscada y los clavos en un bol mediano. En un bol aparte, mezcle la mantequilla y el huevo. Añada la melaza. Agregue la mezcla de harina, revolviendo hasta que se incorpore. Transfiera la masa al centro de una hoja grande de papel de horno y forme un rectángulo de 2 centímetros. Cubra la parte superior con otra hoja grande de papel de horno. Enfríe la masa durante al menos 1 hora.
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Precaliente el horno a 175°C y alinee dos bandejas para hornear con papel de horno.
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Con ayuda de un rodillo estira la masa de las galletas, para que te sea más fácil, puedes hacerlo dejando los papeles entre la masa y el rodillo, así este no se pegará. Estírala hasta que tenga 0,5 centímetros de grosor.
Con un cortador de galletas, corta la masa y colóquelas en la bandeja preparada. Con los restos de masa, vuelve a formar una bola y vuelve a estirarla, repitiendo el proceso.
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Hornee las galletas durante 8-10 minutos. Sácalas del horno, déjalas enfriar 5 minutos antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen completamente.
Podéis cortarlas con forma de muñequito, el clásico gingerbread men, o como he hecho yo, en círculo y luego decorarlas con un poquito de glaseado para hacerlas más festivas.