Este helado de remolacha, coco y jengibre es todo lo que necesitas ahora mismo.
Los helados gustan a casi todos, pero ¿sabías que no tienes que esperar a que sea fin de semana o una celebración especial para comértelo 🍧?
Si solo te permites comerlos en esos momentos festivos o celebraciones, le estás dando un valor moral a ese helado y lo asociarás a recompensa, a alimento de diversión, relax, festividad.
Otra cosa que pasará es que cuando llegue el momento de comerlo, cuando llegue el fin de semana, lo desearás tanto que lo más probable es que comas más de uno, comas desconectada y ni siquiera lo llegues a disfrutar al 100%😓.
Si quieres dejar de sentirte descontrolada frente a los helados, si quieres quitarle ese halo irresistible, es importante quitarle esa etiqueta de alimento “especial” y “festivo” y para ello tienes que comenzar a incorporarlo en días más normales 😉
✨Lo importante es que siempre seas tu el que elige la comida y no que sientas que la comida tiene poder sobre ti.
HELADO DE REMOLACHA, COCO Y JENGIBRE
100ml zumo de remolacha (2-3 uds, como no tengo licuadora, lo que hago es triturarlas/rallarlas con un procesador/rallador y escurrir el líquido)
15 g jengibre fresco rallado (o 1 cucharadita de jegibre en polvo)
400 ml leche de coco (de lata o brick pero que al menos sea 95% coco)
Ralladura de un limón y 2 cdas de zumo
1. Si tienes una licuadora, extrae el zumo de las remolachas y el jengibre. Si no tienes licuadora no pasa nada, ralla la remolacha y el jengibre y extrae los jugos expeimiéndolos con tus manos o con ayuda de un colador.
2. En un bol mezclalos junto con la ralladura, zumo de limón y la leche de coco. Mezcla bien y vierte en unos moldes de helado.
3. Guarda en el congelador hasta que estén congelados.
¡A disfrutar!
*Si tienes una heladera, puedes hacer el helado ahí y así te quedará más cremoso.
*Si lo quieres más dulce, añade un par de dátiles machacados en puree/pasta a la mezcla de la remolacha y coco y luego congela.