Ponemos agua a hervir junto con el vinagre y, cuando alcance el punto de ebullición, retiramos la cacerola del fuego. Rompemos un huevo en un bol o taza y lo introducimos en el agua caliente, permitiendo que ésta entre en el recipiente lentamente. Entonces deslizamos el huevo dentro del agua y retiramos el bol o taza.
Tapamos la cacerola y dejamos que el huevo se cueza o escalfe durante 3 minutos. Transcurrido este tiempo la clara ya habrá cuajado y la yema estará líquida. Es muy importante usar huevos frescos porque la clara de estos es más compacta y se mantiene unida.
Retiramos el huevo escalfado con ayuda de una espumadera y lo servimos sobre la cebada con tomate.
Cuando el tomate esté listo añadimos la cebada cocida, damos un par de vuelta para calentar, añadimos unas cucharadas de parmesano molido o levadura nutricional y servimos con el huevo poché.