Plato ideal para cuando tenemos una gran multitud de invitados en casa. Es sencillo, está rico y gustará a todos.
Pon una sartén grande a fuego fuerte, cuando esté caliente, sella los muslos de pollo hasta que estén bien dorados. Retira del fuego y reserva.
En la misma sartén, baja el fuego, y añade la cebolla y el ajo en el aceite que haya soltado el pollo, si ves que no es suficiente, añade un poco más. Deja que la cebolla se caramelice lentamente, unos 10 minutos.
Añade el tomate concentrado, da un par de vueltas para que se mezcle bien. Añade los muslos de pollo, las zanahorias y los champiñones.
Vierte el fino tinto, el caldo de pollo, las hojas de laurel, el tomillo y el romero. Sazona. Tapa y cocina a temperatura baja durante 2 horas. Échale un vistazo cada media hora para ver que no se queda sin caldo y que el hervor no se detiene. Si fuese necesario añade más caldo de pollo caliente.
Una vez pasado el tiempo, destápalo y sube el fuego, deja hervir durante 15-20 minutos para reducir la salsa. Retirar las hojas de laurel y el tomillo y desechar.
Sirve el pollo y la salsa sobre puré de patatas.
Si quisierais una salsa un poco más espesita, podríais espesarla con un poquito de maizena. En un bol, añade una cucharadita de maizena y una cucharada del caldo del guiso, deshaz la maizena y luego añade al guiso. Da un par de vueltas y deja hervir hasta que espese. Si lo quisierais muy muy espeso, añade más maizena, aunque siempre tened en cuenta que cuando se enfríe un poco se espesará más.