Una vez que la remolacha se haya enfriado, pélala, córtala y colócala en un procesador de alimentos. Tritura hasta que solo queden pequeños trozos.
Agrega los ingredientes restantes excepto el aceite de oliva y tritura.
Rocía aceite de oliva mientras sigues triturando y obtienes un hummus cremoso.
Prueba y ajusta los condimentos según sea necesario. Si está demasiado espeso, agrega un poco de agua.
Sirve con crudités de verduras, tortillas de maíz, úntalo en tostadas o disfrútalo tal cual.
Se mantendrá en la nevera hasta por una semana.