¿Quién puede resistirse a una buena pizza?
Mientras que la masa esta doblando su volumen, pon en un bol unos 400g de tomate natural troceado (o triturado), una cucharadita de sal, un chorro de aceite, un ajo pelado y un poco de orégano y deja reposar. Por supuesto también puedes usar tu salsa de tomate favorita. Y para un mejor resultado, usa mozzarella fresca, córtala en rodajas y sécalas con papel absorbente.
Cuando la masa ya ha reposado la segunda vez, extender encima el tomate, la mozzarella y unas hojas de albahaca. Hornear durante unos 30 minutos a 200°C, hasta que la base se esté tostando y el queso esté fundido.