Precalienta el horno a 200 °C.
Pon el pollo en una bandeja para hornear, con la piel hacia arriba. Rocía un poco de aceite y sal sobre el pollo y mezcle bien. Hornea el pollo durante 20-25 minutos o hasta que esté casi listo.
Mientras tanto, cuece el arroz basmati según las instrucciones del paquete. Puedes darle más sabor y un toque extra si cueces con leche de coco (de lata), mitad agua, mitad leche de coco.
En un cazo mezcla el vinagre de arroz, la miel, el zumo de limón, el agua, la salsa de soja, la guindilla, el ajo y el jengibre a fuego medio-alto. Deja que la mezcla hierva, batiendo para que todos los ingredientes se combinen. Baja el fuego a medio-bajo y deja que hierva a fuego lento durante unos 20 minutos hasta que espese un poco, removiendo con frecuencia (ten cuidado de que no se queme; ajusta el fuego más bajo si es necesario).
Retira el pollo del horno y con un pincel o una cuchara, pinta el pollo con aproximadamente la mitad de la salsa. Mete de nuevo el pollo al horno y asa 4-5 minutos más, hasta que la piel esté bien tostada y crujiente.
Mientras tanto, da otro hervor a la salsa a fuego medio-bajo, un par de minutos o hasta que esté más espeso.
Unta de nuevo el pollo con más salsa antes de servir. Echa un chorrito de aceite de sésamo, las semillas de sésamo tostadas, y un chorrito de zumo de lima.
Sirve con arroz basmati integral y unas verduras verdes como espinacas salteadas, brócoli asado o coles de Bruselas asadas.