Cómo aprovechar las sobras de la nevera

Algunas de las preguntas más comunes que suelen hacerme como chef son: ¿Qué hago con lo que me sobra de______? y ¿Cómo uso _______?

Después de muchos años trabajando en el mundo de la restauración y viendo de buena mano las grandes cantidades de comida que se desperdiciaba, me propuse si o si, maximizar la eficiencia y eficacia de todo lo que entraba en la cocina, y así además reducía los costes, por lo que mis jefes encantados.

Y es que al final todo alimento tiene un propósito y una forma de readaptarse, mi lema es “no desperdicies… crea”

Rellena el espacio en blanco: cebollas, limones, especias exóticos, pimientos a medias, quinua, cebada, el tronco del brócoli, arroz, pasta: la lista sigue y sigue. Pues bien, ahora es momento de coger todas esas sobras, esas piezas sueltas y  aprovecharlos, ahorrar dinero, energía y disfrutar al máximo de toda esa comida.

¿Tienes una zanahoria medio blandurria en la nevera?

Rállala y ponla en un bol con 50g de copos de avena, 4 cucharadas de leche o bebida vegetal, ½ cucharadita de canela y 2 cucharadas de sultanas. Mezcla bien y déjalo reposar en la nevera toda la noche, sírvelo con más leche o bebida vegetal o yogur natural y unas nueces troceadas. Voilà el sabor de tu tarta de zanahoria preferida en un delicioso bol de desayuno!

Cocina las hojas de lechuga.

Si el cogollo o la lechuga iceberg que tienes en la nevera comienza a ponerse blanda, saltéala con un poco de aceite, ajo y salsa de soja para un rápido acompañante inspirado en la cocina asiática.

Tallos de la kale o tronco de coliflor y brócoli

Los tallos de la kale tendrás que blanquearlos primero para ablandar, que sean más tiernos y quitarles el toque amargo que tienen. Esto se hace hirviéndolos en agua durante 30 segundos o un minutos y luego enfriándolos con hielo o agua fría.

Una vez los tienes puedes hacerlos en escabeche con vinagre, miel y sal y dejarlos reposar. Puedes también asarlos hasta que estén crujientes o saltearlos en la sartén.

Todo lo anterior puedes hacerlo igualmente con el tronco del brócoli y la coliflor.

No tires la corteza del parmesano

Utiliza la corteza del parmesano para dar sabor al caldo, risotto, a una sopa o un estofado, solo recuerda retirarlo antes de servir.

Dale a esas manzanas una nueva vida

Prepárate una deliciosa compota de manzana asándolas en el horno o simplemente en una olla con un chorrito de agua, un poco de canela y limón. Cuando estén súper blandas, tritúralo todo y ya tienes tu compota lista para disfrutar con yogur, tu porridge de por las mañanas o directamente en una tostada con un poco de crema de cacahuete.

Plátanos negros

Tan pronto como comiences a ver que al plátano le invaden esas manchas negras características, pélalo y congélalo. Podrás utilizarlo en batidos, masa de pancakes o un delicioso bizcocho de plátano.

Una deliciosa salsa verde

Recopila las hierbas frescas que quedan sueltas por la nevera y crea una deliciosa salsa verde.  Tritura un gran manojo de hierbas mixtas (como albahaca, cilantro, cebollín, estragón, menta o perejil) con el zumo de 1 limón, 2 cucharaditas de alcaparras y 3 cucharadas de aceite de oliva. Sazonar y guarda en la nevera hasta que vayas a utilizarla. Queda particularmente bien con pescado, pero también con verduras o incluso sobre una pizza.

Tortillas o pan de pitta rancios

Trocea las tortillas o el pan de pita en triángulos, colócalas en una bandeja de horno y rocía con un poco de aceite de oliva y una pizca de sal marina. Asa hasta que se dore en los bordes. Come con una ensalada, hummus o cualquier otro paté vegetal.

Ramas de apio sobrantes

Se usa en un montón de salteados asiáticos pues se cocina bastante rápido y mantiene su toque crujiente. Lamínalo finamente y saltéalo con pollo, tofu o ternera. Otra forma original de utilizarlo es hacerlos encurtidos, con vinagre, miel y un poquito de sal, quedan deliciosos para acompañar tablas de aperitivos con patés vegetales, quesos y demás.

Medios cartones de nata o crema de coco

Es normal que una receta te pida por solo 100ml de nata o un par de cucharadas… Para no desperdiciar el resto, añádela a tu vinagreta y añade un toque más robusto a tu ensalada. Viértela en tu café o porridge darles una textura más sedosa. O bátela con tus huevos y prepárate la más cremosa tortillas o huevos revueltos que hayas probado nunca. Y por qué no, añádela a tus platos de pasta para darle un toque más lujoso. Otra opción es congelarla en forma de cubitos de hielo para posteriormente añadirlo a tu batido o curry.

Un sin fin de posibilidades con el arroz cocido

Arroz salteado al estilo asiático, hamburguesas vegetales, en sopas o estofados… hay mil formas de reaprovechar el arroz. Algunas un tanto originales serían:

Añadir un poco de leche, o esa nata o crema de coco que también tenemos en la nevera. Espolvorear canela, cardamomo y pistachos troceadas y tendrás un arroz con leche al más puro estilo indio.

O preparar unos deliciosos rolls. Aunque normalmente hacemos sushi o rollitos con arroz de sushi tradicional, ¿por qué no hacer deliciosos y sanos snacks o aperitivos envolviendo los restos de arroz integral con otras verduras en láminas de nori?

Tahín

Es uno de  esos ingredientes que se suelen perder en nuestra nevera. Pues bien, quítale el polvo y aprovéchalo para preparar un rápido aliño cremoso y sedoso. Añádelo a tu granola antes de hornear. A tus smoothies les da un plus de vitaminas y minerales. Y queda exquisito en galletas o brownies pues tiene el poder de elevar el sabor de estos.

Condimentos

Tarros de mostaza, miso, soja, curry, mayonesa, tabasco y otras salsas suelen ocupar gran parte del espacio de nuestra nevera. Así que vamos darles vida y usémoslos más a menudo.

Añade los restos de uno de estos condimentos (prácticamente cualquier irá bien) a yogur, queso cremoso o nata agria junto con un chorrito de limón o lima y tendrás una salsa de aperitivo exquisita. El curry va especialmente bien con ensaladas de atún o huevo. Utilízalos para preparar marinados para el tofu, la carne o el pescado. O para potenciar el sabor de tus sándwiches. También puedes congelarlos, para ello usa moldes para cubitos de hielo que sean pequeños, esto te permitirá usarlos directamente sobre tu sartén u olla caliente.

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