Pizza Clásica
No hay nada mejor que una buena pizza hecha en casa con amor y los mejores ingredientes que puedas encontrar. Y es que en casa la podemos tunear a nuestro gusto, que la queremos con extra de queso, pues le añadimos más queso, que la queremos con poco tomate, pues echamos menos, con albahaca en vez de orégano… nosotros somos los chefs 😉
Esta receta es la clásica que siempre hemos hecho en casa, con harina de trigo de fuerza 300-400w, pero he probado a hacerla con harina de espelta y también queda ¡espectacular!
Mi favorita es la margarita, ya sé que puede parecer sosa (solo tomate y queso), pero no cuando se hace en casa, con una buena mozzarella, una salsa de tomate aderezada con orégano y para rematar un buen chorro de aceite picante o de parmesano rallado, ¡es insuperable!
PD. La foto y receta están publicadas en mi primer blog 🙂
¿Quién puede resistirse a una buena pizza?
- 350 gr harina de fuerza 300-400w (o harina de espelta)
- 15 gr levadura fresca
- 1 cta sal
- 1 cda aceite de oliva virgen extra
- 200 ml agua tibia
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En un bol pequeño disuelve la levadura en un poco de agua tibia y déjala reposar unos 10 minutos (empezará a fermentar y formar espuma).
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En otro bol pon la harina con la sal y el aceite, haz un hueco en el medio y echa la mezcla de la levadura. Añadiendo poco a poco harina de los laterales y agua, ve mezclando bien hasta que empieces a obtener una masa no pegajosa. Añade más agua si fuera necesario o no pongas toda la harina si no la necesitas.
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Coge la masa y ponla en una mesa limpia, espolvoreada con un poco de harina y amasa unos 5 minutos hasta que quede una masa lisa y ligada.
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Ahora ponla en un bol con un poco de harina, cúbrela con un trapo limpio y déjala reposar en un lugar tibio hasta que doble de volumen, unas 2 horas.
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Una vez que ha pasado el tiempo de reposo, vuelve a amasar la masa durante un minuto, extiéndela con el rodillo, dándole la forma y el grosor que más te guste y ponla en la bandeja de horno, píntala con aceite, cúbrela con un trapo y dejala reposar otra media hora. (Este paso se puede saltar si quieres una masa plana y fina fina).
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Hornéala durante 5 minutos. Retírala del horno.
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Ya esta lista para condimentarla al gusto, salsa de tomate, queso…. Hornéala otros 20-30 minutos.
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Mientras que la masa esta doblando su volumen, pon en un bol unos 400g de tomate natural troceado (o triturado), una cucharadita de sal, un chorro de aceite, un ajo pelado y un poco de orégano y deja reposar. Por supuesto también puedes usar tu salsa de tomate favorita. Y para un mejor resultado, usa mozzarella fresca, córtala en rodajas y sécalas con papel absorbente.
Cuando la masa ya ha reposado la segunda vez, extender encima el tomate, la mozzarella y unas hojas de albahaca. Hornear durante unos 30 minutos a 200°C, hasta que la base se esté tostando y el queso esté fundido.